El tornillo autoperforante es comúnmente utilizado para fijaciones de metal y madera. Como su nombre lo indica, éste cava su propio orificio en la medida en que avanza.
La principal característica del autoperforante es su punta tipo broca, la cual evita la perforación inicial que se debe hacer en el ensamble de un tornillo que no sea de este tipo, proporcionando mayor precisión en la unión de piezas. Sin embargo, en algunos casos se recomienda un agujero guía más pequeño que el eje del tornillo, para que éste se incorpore con más facilidad. Las superficies a perforar por el autoperforante pueden ser plásticos, láminas metálicas de calibre delgado, fibrocemento, tejas plásticas y de tipo eternit, maderas muy duras, y fibra de vidrio; donde se necesita una perforación previa con broca.
La forma de su cabeza, es hexagonal, para lograr la superficie de apoyo y fuerza de apriete adecuadas, sin que la cabeza se deforme o rompa. De este modo, su uso depende de las partes a unir o de las superficies en las cuales van a ser instalados, es decir, en lugares donde la cabeza está expuesta a rozamientos; y en sitios donde son puestos para impedir filtraciones de agua, se recomiendan los de cabeza hexagonal con arandela de neopreno (resistente a rayos ultravioletas).